viernes, 17 de agosto de 2012

EL DINERO SÍMBOLO DE AMOR


 

Nos han inculcado una serie de creencias erróneas acerca del dinero, y ha llegado el momento de cambiar nuestra visión.
Parte del proceso evolutivo por el que estamos pasando es desarrollar la verdadera abundancia, y crear una nueva economía mundial, dotada de una mayor humanidad.

Todos debemos comprender que el dinero es una energía, y que como tal podemos atribuirle el significado que queramos.

La codicia, el egoísmo, el abuso y la explotación son productos de la conciencia de pobreza, del miedo y del apego al dinero, pero no del dinero en sí. Por eso es importante utilizarlo con Conciencia.

En el pasado se creía que para ser “espiritual” había que ser pobre, pero esta creencia es obsoleta: la naturaleza está plena de abundancia, y nosotros somos parte de ella. Entonces es nuestro derecho de nacimiento gozar de las bendiciones de una vida abundante también en el plano físico.

Cuerpo y espíritu, el mundo interno y el externo, deben estar en equilibrio para que podamos crecer de un modo sano y sentir verdadero Amor por nosotros mismos.

El dinero es apenas un símbolo, y podemos elegir qué queremos que él represente para nosotros. He sido consciente en estos últimos días  que el dinero es para mí un símbolo de AMOR. Del Amor que doy, y del Amor y la gratitud que recibo por ayudar a los demás.

Ver el dinero de este modo me ha ayudado a aceptar que, como un ser humano que habita en este planeta, también lo necesito y lo merezco. Y sé que mi dinero puede ser utilizado para ayudar a crear prosperidad a los demás.

Contratar servicios de personas que hacen su trabajo con Amor, hacer mis compras en pequeñas tiendas, donde sus dueños me atienden con amor, pagar con gratitud por lo que necesito y quiero, invertir en mi sanación y crecimiento personal, y apoyar a todas aquellas personas o pequeñas empresas que tienen creatividad e iniciativa, es una manera de contribuir a un cambio en el mundo.

Además todos somos Uno, así que al reconocer el valor del esfuerzo ajeno también estoy reconociendo el valor de lo que ofrezco. Lo que damos a los demás nos lo damos también a nosotros mismos…
Compartir nuestros talentos y dones, realizar nuestro trabajo con Amor, dando lo mejor a cada momento, es la garantía de que aquello que necesitamos llegará, siempre.

Focalizarnos en qué es lo que podemos dar, en lugar de lo que podemos “obtener”, nos conecta con el Amor, que es la verdadera fuente de la abundancia ilimitada del universo.









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