DESBLOQUEAR EL CUERPO A TRAVÉS DE LA TRC (masajes para desbloquear la mente y liberar el cuerpo).
El objetivo básico de este trabajo, es limpiar los bloqueos de las energías que tenemos reprimidas y escondidas.
Tenemos que hablar de nuestros sentimientos de nuestras emociones y que mejor momento que esta actividad para sincerarnos, confidenciar, compartir nuestra intimidad, nuestros secretos y nuestros errores. La palabra es la llave de paso para liberar, para remediar y sanar.
Tomar decisiones. La persona indecisa permanece en duda, contribuyendo a la ansiedad, a la angustia, a la acumulación de problemas, preocupaciones, agresiones. Para decidir es preciso tener un pensamiento claro, saber renunciar, saber perder ventajas y valores para ganar otros, dejar de ser víctimas para poder crecer y avanzar hacia nuestro nuevo destino.
Resolver y buscar soluciones. Las personas negativas no consiguen soluciones y aumentan los problemas. Prefieren la lamentación, la murmuración y el pesimismo. Es mejor encender una luz que lamentar la oscuridad. La energía negativa se transforma en enfermedad.
No viva de apariencias. Quien esconde la realidad, finge, hace poses, quiere siempre dar la impresión de estar bien, quiere mostrarse perfecto, pero está acumulando toneladas de peso. Una estatua de bronce con pies de barro. Nada peor para la salud que vivir de apariencias y fachadas.
Aceptarse, eliminar el rechazo de si mismo, potenciar la autoestima, hace que nos volvamos invencibles ante la adversidad. Ser uno mismo es el núcleo de una vida saludable. Quienes no se aceptan a si mismos, son envidiosos, celosos, imitadores, competitivos, destructivos. Aceptarse, ser aceptado, aceptar las críticas es sabiduría, conocimiento y buen sentido en la vida.
Confianza. Quien no confía, no se comunica, no se abre, no se relaciona, no crea relaciones estables y profundas, no sabe hacer amistades verdaderas. Sin confianza, no hay relacionamiento. La desconfianza es falta de fe en si y en los otros.
Viva con alegría. El buen humor, la risa, el reposo, la alegría, recuperan la salud y traen larga vida. La persona alegre tiene el don de alegrar el ambiente donde vive. El buen humor nos salva de las manos del doctor.
El objetivo básico de este trabajo, es limpiar los bloqueos de las energías que tenemos reprimidas y escondidas.
Tenemos que hablar de nuestros sentimientos de nuestras emociones y que mejor momento que esta actividad para sincerarnos, confidenciar, compartir nuestra intimidad, nuestros secretos y nuestros errores. La palabra es la llave de paso para liberar, para remediar y sanar.
Tomar decisiones. La persona indecisa permanece en duda, contribuyendo a la ansiedad, a la angustia, a la acumulación de problemas, preocupaciones, agresiones. Para decidir es preciso tener un pensamiento claro, saber renunciar, saber perder ventajas y valores para ganar otros, dejar de ser víctimas para poder crecer y avanzar hacia nuestro nuevo destino.
Resolver y buscar soluciones. Las personas negativas no consiguen soluciones y aumentan los problemas. Prefieren la lamentación, la murmuración y el pesimismo. Es mejor encender una luz que lamentar la oscuridad. La energía negativa se transforma en enfermedad.
No viva de apariencias. Quien esconde la realidad, finge, hace poses, quiere siempre dar la impresión de estar bien, quiere mostrarse perfecto, pero está acumulando toneladas de peso. Una estatua de bronce con pies de barro. Nada peor para la salud que vivir de apariencias y fachadas.
Aceptarse, eliminar el rechazo de si mismo, potenciar la autoestima, hace que nos volvamos invencibles ante la adversidad. Ser uno mismo es el núcleo de una vida saludable. Quienes no se aceptan a si mismos, son envidiosos, celosos, imitadores, competitivos, destructivos. Aceptarse, ser aceptado, aceptar las críticas es sabiduría, conocimiento y buen sentido en la vida.
Confianza. Quien no confía, no se comunica, no se abre, no se relaciona, no crea relaciones estables y profundas, no sabe hacer amistades verdaderas. Sin confianza, no hay relacionamiento. La desconfianza es falta de fe en si y en los otros.
Viva con alegría. El buen humor, la risa, el reposo, la alegría, recuperan la salud y traen larga vida. La persona alegre tiene el don de alegrar el ambiente donde vive. El buen humor nos salva de las manos del doctor.
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